Hola amigos,
Estos días me he topado con una historia que me ha llamado la atención por dos motivos. El primero, porque tiene bastante relación con la entrada anterior acerca del espionaje en la era digital.
El segundo motivo fundamental es que demuestra, tal y como comentaba recientemente en un grupo de amigos, que no hace falta tener conocimientos técnicos ni habilidades especiales para poder espiar a otra persona. Lo único que se requiere es de paciencia y oportunidad, y justo esto último es lo que encontró la "espía" de esta historia.
Estos días me he topado con una historia que me ha llamado la atención por dos motivos. El primero, porque tiene bastante relación con la entrada anterior acerca del espionaje en la era digital.
El segundo motivo fundamental es que demuestra, tal y como comentaba recientemente en un grupo de amigos, que no hace falta tener conocimientos técnicos ni habilidades especiales para poder espiar a otra persona. Lo único que se requiere es de paciencia y oportunidad, y justo esto último es lo que encontró la "espía" de esta historia.
En esencia, y el motivo por el que la historia sale a la luz, se trata de un empresario francés ha denunciado a Uber por un importe de 45 millones de euros debido a que les culpa de haber sido los causantes de su divorcio.
¿Quiénes son esos de Uber?
Para los que no la conozcáis, la empresa Uber se ha hecho mundialmente famosa como alternativa a conseguir transporte privado en zonas urbanas. Su novedosa app permite a los usuarios poder pedir un taxi hacia cualquier otro destino, indicándote el importe antes de hacer tu solicitud y manteniendo una trazabilidad tanto de quién te va a recoger, por dónde vas y cuánto vas a tardar en llegar a tu destino.
Es posible que os suene debido a que han tenido numerosos problemas en algunos países donde los servicios de taxi están fuertemente regulados, y las asociaciones de transporte privado se han mostrado especialmente en contra del despliegue de esta empresa en España, entre otros países.
Entonces, ¿qué tiene que ver esta empresa con el espionaje y esa denuncia por 45 millones?
Lo ocurrido ha sido que este empresario de la Riviera Francesa culpa a la empresa Uber de su divorcio, debido a que un fallo de la app permitió que su mujer recibiera notificaciones en su teléfono cada vez que su marido reservaba un trayecto con su smartphone personal. En esas notificaciones, la mujer tenía la información de las horas y sitios de recogida, además de los destinos a los que iba.
Esta información desembocó en las sospechas por parte de su mujer, que han acabado con el divorcio de la pareja.
Independientemente de esta noticia, el fallo de la aplicación es bastante grave y, como comentaba al principio de la noticia, da pie a la posibilidad de espiar los movimientos de una persona en algo tan trivial como el transporte privado.
Concretamente, el fallo de la aplicación consistía en que, una vez has entrado al sistema con tu usuario y contraseña, el teléfono sigue recibiendo notificaciones incluso después de haber salido de la aplicación.
Para que lo entendáis mejor, y explicando el caso de la noticia, el hombre de la pareja utilizó en algún momento el teléfono de su mujer para entrar en su cuenta de Uber y pedir un transporte, dado que su móvil personal se encontraba sin batería en ese momento. El caso fue que, desde ese momento, su mujer estuvo recibiendo notificaciones de todos y cada uno de los trayectos que reservaba su marido a partir de ese momento, incluso después de que el señor cerró la sesión en el teléfono que no era de su propiedad y lo utilizaba en el suyo propio.
Sin embargo, este fallo ya había sido reportado por varios usuarios de Twitter con anterioridad, si bien se ha evidenciado que la empresa no lo había solucionado aún en algunas versiones del sistema operativo de Apple.
En definitiva, y por no repetirme en lo comentado en mi entrada anterior, tened muy en cuenta qué cosas hacéis en dispositivos públicos o de otras personas. Esto es especialmente importante cuando manejamos nuestros datos en ordenadores o 'smartphones' que no son los nuestros, ya que no sabemos qué es lo que pasa con esos accesos que hemos utilizado o si las sesiones se cierran realmente. Tomad como ejemplo este caso de la aplicación de Uber, pero no olvidemos que hay otros muchos servicios online que debemos tener bajo control, ya sea Dropbox, GoogleDrive, iCloud o cualquier otro servicio en la nube.
Recordad que lo mejor para estar seguros, además de los consejos de este blog, ¡usad el sentido común!
¡Muchas Gracias!
Fran Security